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Un jubilado murió por una operación para tratar un cáncer y luego descubrieron que nunca estuvo enfermo

Tenía 84 años y sufrió complicaciones tras una cirugía. Ahora, un forense confirmó que hubo un error en el diagnóstico y señaló la negligencia del hospital.

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Un jubilado británico de 84 años murió por una serie de complicaciones que se desencadenaron después de someterse a una cirugía para tratar un cáncer en el intestino delgado. Sin embargo, tiempo después, se corroboró que el paciente nunca estuvo enfermo y que los médicos realizaron un diagnóstico erróneo.

Se trata de Alan Soane, un hombre que, en marzo de 2023, recibió una noticia fatal: el resultado de una biopsia que se había hecho indicó que era “muy probable” que tuviera un “adenocarcinoma diferenciado”, una enfermedad extraña que se desarrolla en dicho órgano.

Dos meses después, luego de varios análisis, le confirmaron que tenía cáncer y que tenían que operarlo para ampliar sus probabilidades de vida. En aquel entonces, a pesar de que le mencionaron que se trataba de una cirugía de alto riesgo, lo “tranquilizaron” afirmando que sólo el 10% de las personas que se someten a dicho procedimiento mueren.

Pese a ello, según una investigación realizada por el forense Ian Potter, los especialistas no hicieron una biopsia adicional para confirmar la enfermedad. En este sentido, el paciente falleció el 26 de junio del año pasado “como resultado directo de complicaciones conocidas”, de acuerdo a lo que señala el informe.

Alan Soane murió a los 84 años en el hospital Royal London. (Foto: The Sun)
Alan Soane murió a los 84 años en el hospital Royal London. (Foto: The Sun)

A su vez, Potter sostuvo que, desde el centro de salud, “se reconoció” que los médicos tuvieron un error en el diagnóstico por no contar con un histopatólogo, un experto que estudia en profundidad los órganos, tejidos, células y genética para colaborar en confirmar los casos positivos.

De esta manera, las autoridades de la entidad que administra el Hospital Royal London -donde fue operado el hombre- emitió un comunicado en donde se pronunció sobre las acusaciones: “Enviamos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de Alan Soane y aprenderemos lecciones de este trágico caso para tratar de evitar que vuelva a suceder”.

A raíz de la muerte del jubilado, el forense se mostró preocupado por la falta de profesionales que se dediquen a dicha área para ayudar a los médicos en los diagnósticos ya que “pone a una proporción amplia de la población de pacientes en un riesgo significativo”.

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Condenan al hacker finlandés que chantajeó a más 33.000 pacientes de psicoterapia

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En un caso sin precedentes que ha sacudido a Finlandia, Julius Kivimäki, un ciberdelincuente de 26 años, fue condenado después de intentar chantajear a 33,000 personas con las notas confidenciales de sus terapias las cuales extrajo de los servidores de Vastaamo, la mayor empresa de psicoterapia de esta nación europea.

Kivimäki, que estuvo implicado en actividades relacionadas con hackers desde los 13 años, fue declarado culpable de múltiples delitos, incluyendo el chantaje masivo a pacientes, después de que estos se negaron a pagar rescates por la confidencialidad de sus historias personales.

Además, es importante resaltar que este juicio marca el mayor caso penal en la historia de Finlandia, dada la magnitud de víctimas afectadas y como resultado, dejó una condena de seis años y tres meses de prisión para el implicado.

Cómo se produjo el chantaje masivo

Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares (400.000 euros). Tras la negativa de la empresa a pagar, envió correos electrónicos a miles de pacientes, pidiendo 214 dólares a cambio de no divulgar sus datos personales.

Un error cometido por el ciberdelincuente que le permitió a la policía descubrir un servidor que contenía valiosa información para llevar a cabo su condena. La cual también se logró gracias a un análisis forense digital sin precedentes y el seguimiento de criptomonedas.

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares.  (Lehtikuva)El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares. (Lehtikuva)

El acusado declaró su inocencia a lo largo del proceso, a pesar de haber huido a París y ser capturado con una identidad falsa. En contraste, la persistencia de Kivimäki en su actividad delictiva, incluso después de una condena previa en su adolescencia, subraya el carácter inusual y desafiante de este caso.

“Lo que importa es que este delincuente, despiadado y absolutamente carente de empatía, sea condenado a prisión”, señaló una de las víctimas, Tiina Parikka, evidenciando el impacto humano fundamentalmente negativo detrás de los delitos cometidos por este joven.

Por qué condenaron a un trabajador de Vastaamo

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables y estaban accesibles en Internet sin las medidas de protección adecuadas, lo que llevó a una condena también para el jefe de la compañía, Ville Tapio, por no asegurar la información confidencial de los clientes.

Tapio recibió una condena suspendida de tres meses de prisión el año pasado, mientras que la empresa se vio obligada a cerrar tras el escándalo.

Respecto a las víctimas de este chantaje masivo, estas sufrieron un gran impacto, con al menos un suicidio directamente vinculado al caso. “Muchas personas se vieron afectadas por esto de muchas maneras”, compartió Parikka, destacando la profundidad del sufrimiento causado.

Además de las secuelas psicológicas directas, este evento ha tenido un efecto dominó, afectando la percepción de la seguridad digital en el ámbito de la salud mental.

Qué sigue en el caso Vastaamo

Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)

El caso Vastaamo no termina con la condena de Kivimäk y es muy probable que ahora comiencen procesos en tribunales civiles en un intento de obtener una compensación para algunas de las víctimas del ataque, marcando el próximo capítulo en esta larga y dolorosa saga.

Aunque lo que sí concluye una ola de cibercrimen iniciada por Kivimäki desde su adolescencia, quien era conocido en los círculos en línea como Zeekill y era un miembro clave de múltiples bandas de ciberdelincuentes. De hecho, su historial de delitos se extendió desde 2009 hasta 2015, dejando un camino de caos y desorden.

Y pese a que recibió una condena juvenil a los 15 años, lo cierto es la que la falta de una pena privativa de la libertad fue vista por muchos expertos como una respuesta insuficiente para disuadir su conducta delictiva.

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