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Horror en un hospital de Brasil: un hombre baleó y decapitó a un excompañero de trabajo

El atacante había sido despedido del centro médico hace dos años. Estaba en pareja con una empleada y creen que el crimen fue motivado por celos. La víctima tenía un hijo de seis años y su esposa estaba embarazada.

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Momentos de terror se vivieron en un hospital de la ciudad de Fortaleza, en Brasil, cuando un extrabajador del lugar asesinó a tiros y luego decapitó a un compañero de trabajo. El cuerpo de la víctima, Francisco Mizael Souza da Silva, que trabajaba en la cocina de hospital, quedó tendido en la cafetería. Otra persona resultó herida en el ataque.

El presunto asesino, Francisco Aurélio, huyó tras el crimen y fue detenido un día después. Según las investigaciones preliminares, Aurélio estaba en pareja con otra empleada del centro médico y el crimen habría sido motivado por celos. “Él ya había estado mostrando actitudes de persona celosa y ya había dado señales de que podía hacer algo similar a eso”, explicó el secretario de Seguridad Pública del estado de Ceará, Samuel Elânio.

El sospechoso había sido despedido en 2022, pero logró ingresar sin problemas a través del sistema de reconocimiento facial, del que no había sido eliminado.

El crimen ocurrió en el Hospital IJF de Fortaleza. (Foto: gentileza g1).
El crimen ocurrió en el Hospital IJF de Fortaleza. (Foto: gentileza g1).

Según indicó Elânio al sitio g1, la víctima recibió cuatro disparos y luego fue decapitada. Imágenes que circulan por las redes muestran el cuerpo de Souza da Silva tendido en el piso, con su cabeza al lado, junto a un cuchillo. Testigos indicaron que se escucharon varios disparos. Otro trabajador del lugar recibió un tiro y fue operado con éxito.

Souza da Silva tenía un hijo de seis años y su esposa estaba embarazada. Su hermana dijo que la familia no estaba al tanto de que haya recibido amenazas. “Mi hermano no tenía problemas con nadie y era muy feliz. Le gustaba charlar con todos”, sostuvo Francisca Escóssia.

La mujer también criticó a las autoridades del hospital y del gobierno local: “Nadie vino hacia nosotros. Solo dijeron que la policía lo estaba resolviendo y que debíamos esperar. Queremos justicia para mi hermano”.

La familia de Francisco Mizael Souza da Silva pide justicia. (Foto: gentileza g1).
La familia de Francisco Mizael Souza da Silva pide justicia. (Foto: gentileza g1).

Indignada, la mujer recalcó que su hermano solo “estaba trabajando, no estaba haciendo nada malo”. “Llevaba 10 años trabajando aquí. Todavía tenemos muchas preguntas”, declaró Francisca.

También dijo que la familia se enteró del crimen a través de las redes sociales. “Fue la peor escena que puedas imaginar”, agregó.

Tras la detención de Aurélio, el gobernador de Ceará, Elmano de Freitas, afirmó que “ahora responderá ante los tribunales por el bárbaro crimen que cometió”.

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Condenan al hacker finlandés que chantajeó a más 33.000 pacientes de psicoterapia

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En un caso sin precedentes que ha sacudido a Finlandia, Julius Kivimäki, un ciberdelincuente de 26 años, fue condenado después de intentar chantajear a 33,000 personas con las notas confidenciales de sus terapias las cuales extrajo de los servidores de Vastaamo, la mayor empresa de psicoterapia de esta nación europea.

Kivimäki, que estuvo implicado en actividades relacionadas con hackers desde los 13 años, fue declarado culpable de múltiples delitos, incluyendo el chantaje masivo a pacientes, después de que estos se negaron a pagar rescates por la confidencialidad de sus historias personales.

Además, es importante resaltar que este juicio marca el mayor caso penal en la historia de Finlandia, dada la magnitud de víctimas afectadas y como resultado, dejó una condena de seis años y tres meses de prisión para el implicado.

Cómo se produjo el chantaje masivo

Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares (400.000 euros). Tras la negativa de la empresa a pagar, envió correos electrónicos a miles de pacientes, pidiendo 214 dólares a cambio de no divulgar sus datos personales.

Un error cometido por el ciberdelincuente que le permitió a la policía descubrir un servidor que contenía valiosa información para llevar a cabo su condena. La cual también se logró gracias a un análisis forense digital sin precedentes y el seguimiento de criptomonedas.

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares.  (Lehtikuva)El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares. (Lehtikuva)

El acusado declaró su inocencia a lo largo del proceso, a pesar de haber huido a París y ser capturado con una identidad falsa. En contraste, la persistencia de Kivimäki en su actividad delictiva, incluso después de una condena previa en su adolescencia, subraya el carácter inusual y desafiante de este caso.

“Lo que importa es que este delincuente, despiadado y absolutamente carente de empatía, sea condenado a prisión”, señaló una de las víctimas, Tiina Parikka, evidenciando el impacto humano fundamentalmente negativo detrás de los delitos cometidos por este joven.

Por qué condenaron a un trabajador de Vastaamo

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables y estaban accesibles en Internet sin las medidas de protección adecuadas, lo que llevó a una condena también para el jefe de la compañía, Ville Tapio, por no asegurar la información confidencial de los clientes.

Tapio recibió una condena suspendida de tres meses de prisión el año pasado, mientras que la empresa se vio obligada a cerrar tras el escándalo.

Respecto a las víctimas de este chantaje masivo, estas sufrieron un gran impacto, con al menos un suicidio directamente vinculado al caso. “Muchas personas se vieron afectadas por esto de muchas maneras”, compartió Parikka, destacando la profundidad del sufrimiento causado.

Además de las secuelas psicológicas directas, este evento ha tenido un efecto dominó, afectando la percepción de la seguridad digital en el ámbito de la salud mental.

Qué sigue en el caso Vastaamo

Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)

El caso Vastaamo no termina con la condena de Kivimäk y es muy probable que ahora comiencen procesos en tribunales civiles en un intento de obtener una compensación para algunas de las víctimas del ataque, marcando el próximo capítulo en esta larga y dolorosa saga.

Aunque lo que sí concluye una ola de cibercrimen iniciada por Kivimäki desde su adolescencia, quien era conocido en los círculos en línea como Zeekill y era un miembro clave de múltiples bandas de ciberdelincuentes. De hecho, su historial de delitos se extendió desde 2009 hasta 2015, dejando un camino de caos y desorden.

Y pese a que recibió una condena juvenil a los 15 años, lo cierto es la que la falta de una pena privativa de la libertad fue vista por muchos expertos como una respuesta insuficiente para disuadir su conducta delictiva.

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