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Economia

Existe una fuerte disparidad en las proyecciones para el dólar oficial de cara a fin de año

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Se instaló todo un «duelo» entre los economistas respecto a cuál será el precio del dólar oficial para fin de año. Es que un grupo estipula que la devaluación será más abrupta por lo que puede concluir el 2024 en una cotización que lo ubicará por arriba de los $2.000, mientras que otros expertos son más optimistas porque consideran que las variables se mantendrán equilibradas y lo ven al billete estadounidense en un nivel más cercano a los $1.000.

Es decir, algunos analistas consideran que el tipo de cambio oficial mayorista, que comenzó enero en $808,5, puede llegar a trepar hasta un máximo de $2.800, que representa un incremento de 246% en todo el año; mientras otros creen que puede avanzar «apenas» hasta los $935, que significa un mínimo de 16% en el mismo período.

En resumidas cuentas, la dispersión de pronósticos de los economistas es muy amplia, debido a que existe una incertidumbre generalizada en el mercado respecto al nivel al que pueden ubicarse la inflación, la tasa de interés de referencia, el volumen en que el campo liquidará su cosecha y las distintas variables que inciden directa e indirectamente en el precio al que finalmente cerrará el dólar en el 2024.

Es que el Gobierno de Javier Milei logró tener superávit en diversas cuentas públicas, comprar más de u$s11.000 millones en reservas, reducir la tendencia alcista del índice de precios al consumidor (IPC) hasta el 13% mensual y mantener en torno a los $1.000 al valor del dólar libre, entre otros puntos positivos.

Aunque, por otro lado, existen diversas dudas, tanto económicas como políticas, sobre cómo se generarán la recuperación de la actividad y los consensos que el Ejecutivo debe lograr para poder producir las transformaciones de fondo en los diferentes sectores.

Precio del dólar: ¿Cerca de los $2.800 o de los $935?

 

El dato a tener en cuenta es que el precio de consenso de los economistas para el dólar oficial mayorista, según el relevamiento internacional entre 40 analistas de bancos y consultoras nacionales y del exterior realizado por FocusEconomics, es que a fin de diciembre llegará a los $1.702.

Por ende, se contempla una inercia menor de suba respecto a lo previsto en meses anteriores, ya que el mencionado pronóstico indica una baja de unos $103 frente a las proyecciones efectuadas en el informe de febrero pasado ($1.805) para fin de año.

Los precios más alto previstos para el dólar por algunos economistas lo ubican por arriba de los $2.000 para diciembre.

Los precios más altos previstos para el dólar oficial por algunos economistas lo ubican por arriba de los $2.000 para diciembre.

 

De cumplirse la proyección del consenso de $1.702, el tipo de cambio mayorista tendría un incremento de alrededor de 110,5% para todo el 2024, un porcentaje que se ubica por debajo de la inflación prevista por los expertos, que es de casi 288% para el mismo período.

«El peso debería depreciarse en el futuro. El ajuste fiscal es un factor a tener en cuenta», sostienen los economistas de FocusEconomics en el último informe publicado a mediados de marzo.

En consecuencia, los niveles aún altos de inflación previstos para los próximos meses, es un factor clave que seguirá presionando al precio del dólar al alza, para evitar que el atraso sea evidente.

De hecho, ya varios productos y servicios que se venden localmente comenzaron a ser más costosos en dólares, respecto al precio que tienen los mismos en otras partes del mundo.

«Creo que se va a ir moviendo la cotización del dólar a lo largo del año, pero más dependiente del ingreso de capitales y de la tasa de interés en pesos», afirma Fernando Baer, economista de la consultora Quantum, fundada por Daniel Marx.

Y agrega: «Tengo la sensación que el valor del tipo de cambio puede mantenerse en estos niveles o, inclusive, apreciarse algo más en términos reales si se mantiene la política de los superávit primario y fiscal. Por eso, a fin de año lo veo en niveles de $1.500″.

Otro grupo de economista piensa que el precio del dólar puede ubicarse en un promedio de $1.250 para fin de año.

Otro grupo de economista piensa que el precio del dólar oficial puede ubicarse en un promedio de $1.250 para fin de año.

 

Para aquellos economistas que esperan un precio de dólar oficial mayorista superior a los $2.000, sustentan esta proyección en que se estima que la inflación de todo 2024 puede ubicarse en torno al 350%.

«Es un tema complejo, vemos que habrá sobresaltos porque la devaluación mensual del 2% va muy por debajo de la inflación, que por el momento sigue en dos dígitos, sobre todo por los impactos de los aumentos de los servicios públicos, que hará que el dólar oficial se atrase», concluye Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra.

El dólar «atado» a los resultados del Gobierno

 

Por el momento, con la «foto» de hoy,  la devaluación lenta (crawling peg) que está implementado el Banco Central en el mercado oficial, en torno al 2% mensual desde enero hasta ahora, y las variables «controladas», el rumbo del tipo de cambio en el corto plazo parece ser que puede ascender a un nivel más cercano al indicado por los economistas más optimistas.

De hecho, el propio ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, mencionó hace pocos días atrás que piensan «primero en estabilizar, bajar la inflación, recomponer reservas y salir del cepo».

De hecho, dijo que la «estabilidad vino para quedarse» y que no debería pasar un nuevo salto del dólar.

Al respecto, Sebastián Menescaldi, economista y director de Eco Go, considera a iProfesional que «todavía no está claro el camino, porque hay un desafío que tiene el Gobierno, respecto a que deberá seguir recomponiendo reservas y controlando la inflación».

La variación del precio del dólar oficial en todo el año dependerán de factores como inflación, nivel de compra de reservas y cuál será la confianza que logre el Gobierno en los mercados.

La variación del precio del dólar oficial en todo el año dependerán de factores como inflación, reservas del BCRA y el nivel de confianza que logre el Gobierno en los mercados.

 

Su razonamiento es que, si quiere seguir sumando dólares a las reservas, probablemente, el Banco Central deberá acelerar la devaluación. Por eso, la contra que tendrá es que la desinflación será menos rápida a lo esperado, o sea, el índice de precios tendrá un piso más alto.

«Más allá de la cuestión reservas e inflación, también será importante el camino fiscal que se decida hacer el Ejecutivo, para mejorar la calidad crediticia, la confianza en el Gobierno y que mejoren tanto la cotización de los bonos como el riesgo país para lograr acceder al mercado. Sino deberá usar los dólares de las reservas para cancelar las deudas», reflexiona Menescaldi a iProfesional.

En su opinión, «quizás decida ceder un poco en la cuestión de inflación para poder acumular más reservas, porque no veo que pueda reabrir el mercado de manera tan rápida».

Existe una cuestión favorable para el Gobierno que viene de un escenario mundial de posible baja de tasas de interés en la segunda mitad del año, hecho que le permitiría poder «salir» al mercado para financiarse.

El precio del dólar genera un «duelo» en los economistases que existen argumentos suficientes para creer que puede estar tanto más cerca de los $1.000 como también superar los $2.000 para fin de año. Todo dependerá de cómo se controlen las principales variables macro, como también el aspecto social.

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Economia

Inflación promedio mensual del 5% hasta fin de año y una salida del cepo lejana: las expectativas en las que pone plata el mercado

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Una nueva cifra de expectativa de inflación futura que circula en el mercado muestra que los inversores se mantienen bastante en línea con el sendero de desaceleración que prevé el Gobierno de Javier Milei. Para el período abril-diciembre esperan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec avance a un ritmo del 5,2% mensual promedio, aunque la salida del cepo cambiario está más lejos.

A diferencia de los relevamientos que realiza el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y encuestas entre especialistas a cargo de privados, este dato no surge de ninguna consulta. Nace del riesgo que están dispuestos a asumir los inversores en el mercado. Nadie hace sus números y los comparte sino que las cifras permiten leer la visión por la que se juega cada operador cuando compra o vende un bono en pesos.

La vuelta de los bonos del Tesoro a tasa fija (Lecaps) implica que se pueda observar en tiempo real las expectativas de nominalidad de la economía a través de un indicador que se conoce como inflación implícita o “Break even”. El ejercicio es posible a través del cálculo de la tasa de inflación que dejaría indiferente a un inversor entre posicionarse en una Lecap y comprar un título ajustado por inflación (CER).

En definitiva, responde a la pregunta: ¿Cuánto tienen que pagar los bonos CER para rendir lo mismo que uno a tasa fija? (los rendimientos son esperados, no asegurados)

Un informe de GMA Capital, la firma conducida por Nery Persichini, detalló que con el rendimiento actual de la S31M5 (tasa fija) en 4,1% Tasa Efectiva Mensual y tomando el cierre del Boncer T2X5, se espera un IPC promedio de indiferencia entre abril y diciembre es de 5,2 por ciento.

Los bonos en pesos anticipan un IPC promedio de indiferencia entre abril y diciembre es de 5,2 por ciento.Los bonos en pesos anticipan un IPC promedio de indiferencia entre abril y diciembre es de 5,2 por ciento.

“Desde GMA hacemos el ejercicio de tomar las estimaciones del BCRA para los dos primeros meses, y buscamos aquellas tasas mensuales que, de manera gradual, convaliden la inflación implícita entre la tasa fija y CER”, explicaron.

Un informe de Cohen resaltó: “Impulsados por la reducción de intereses, los bonos a tasa fija volvieron a ofrecer la mejor performance de las curvas en pesos. En la última semana, las lecaps ganaron un 4,0% y sus TEMs oscilaron entre 3,8% y 4,1%; en tanto que el TO26 ganó un 6,8% semanal y comprimió su TEM a 3,2%. Los bonos CER sufrieron un duro golpe y cayeron un 5,5% promedio a pesar de la fuerte intervención del BCRA para sostener la curva”.

“A estos niveles, la inflación promedio implícita es del 4,7% para lo que resta de 2024 y del 2,2% entre enero y octubre del 2025. Por su parte, la demanda por cobertura cambiaria sigue sin aparecer y en la semana los bonos dollar-linked ganaron 0,3% y los duales 0,7%. En lo que refiera al dólar oficial, los precios de mercado tienen implícito una devaluación nominal promedio del 5,1% m/m hasta septiembre del 2024, seguida por un 3,3% m/m hasta marzo del 2025 y por un 4,6% mensual hasta junio del 2025″, explicaron.

La trayectoria va en línea con el discurso ante inversores que dio Milei en la cena de la Fundación Libertad. Allí destacó que el ajuste del déficit del Tesoro y del BCRA profundizará la desaceleración, que comenzó desde el 25,5% mensual de diciembre y llegó al 11% en marzo.

“Tanto los analistas como el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando nosotros llegamos estaba esperando una inflación del 250 por ciento. En un caso optimista. Bueno hoy el Fondo espera que Argentina, la inflación este año cierre en 150 por ciento. Para que cierre en 150% de acá a fin de año la inflación promedio tiene que ser del 5 y medio. Es decir que hacia fin de año está claro que la tasa de inflación, dado donde arrancamos, va a estar bastante por debajo del 5 por ciento. Estamos terminando con la inflación”, afirmó el Presidente.

Los relevamientos de precios de las consultoras ubican a la inflación de abril por debajo del 9%, en una cifra después de cinco meses, aunque los ajustes en servicios públicos pueden empañar lo que publique el dato definitivo del Indec.

Ese proceso llevó al BCRA a decidir una nueva baja de 10 puntos porcentuales para llevar la tasa de política monetaria al 60% nominal anual, 82% efectiva, negativa en términos reales. Para la entidad continuar con la “licuadora” sobre sus pasivos remunerados es central a la hora de pensar en una eventual salida del cepo cambiario. Aunque el otro frente es sumar más reservas internacionales.

Las tasas reales forward de los bonos en pesos CER tardarán en ser positivas.Las tasas reales forward de los bonos en pesos CER tardarán en ser positivas.

El equipo económico prefiere el “gradualismo” para el frente cambiario mientras sostiene un crawling peg del 2% mensual, lo que dejó al tipo de cambio real cerca de los niveles que tenía antes de la última devaluación. La curva de bonos en pesos atados a la inflación muestran que los inversores no creen en una pronta eliminación del cepo.

“Al respecto identificamos señales de que el levantamiento del cepo no estaría tan cercano como muchos creen. En concreto, a las tasas reales forward de la curva CER les lleva bastante tiempo regresar a terreno positivo. La idea detrás de este ejercicio es analizar el timing de una configuración razonable de márgenes reales que sea coherente con una situación de competencia de monedas sin restricciones. En otras palabras, para que el peso sea valorado por el mercado frente a alternativas, debería ofrecer una mayor recompensa real, ponderada por el riesgo cambiario”, advirtió GMA Capital.

En paralelo, el Gobierno todavía apuesta a convencer al FMI para que desembolse fondos frescos, en torno a los USD 15.000 millones, para ayudar a la salida del cepo. La red social X fue el canal que utilizaron en las últimas semanas el ministro de Economía, Luis Caputo, y su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, para hacer la solicitud al organismo.

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