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Fue al médico porque le dolía la cabeza y el diagnostico fue devastador: “No era migraña, había un gusano”

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Un hombre de 52 años de Florida, Estados Unidos, comenzó a sufrir de intensos dolores de cabeza durante cuatro meses. Ante la preocupación que le generaba su estado de salud, decidió acudir a un médico para averiguar lo que le estaba sucediendo.

Así fue cómo, tras una serie de análisis, detectaron que tenía larvas de un parásito en el cerebro. Sin embargo, lo más insólito fue cuando descubrieron la razón por la cual se había contagiado: el paciente comía panceta cruda.

Según publicó un informe del American Journal of Case Reports, el hombre -cuya identidad no fue revelada- comenzó a sufrir de migrañas después de empezar a consumir el alimento con poca cocción. De esta manera, con el tiempo, desarrolló neurocisticercosis, una infección en donde un parásito deposita huevos en varias partes del cuerpo, particularmente en el cerebro.

Ante la consulta del paciente, su médico de cabecera lo sometió a una tomografía en donde se logró visualizar una gran cantidad de quistes en la cabeza.

La sospecha llegó cuando intentaron profundizar sobre el origen de la afección, ya que la neurocisticercosis es común entre las personas que viven en países con malas condiciones sanitarias o están en constantes contacto con cerdos, el animal de donde se contagia el parásito. Sin embargo, el hombre no cumplía con ninguno de estos factores de riesgo.

El hombre de 52 años fue diagnosticado con neurocisticercosis por comer panceta cruda. (Foto: Pexels)
El hombre de 52 años fue diagnosticado con neurocisticercosis por comer panceta cruda. (Foto: Pexels)

Finalmente, durante las consultas, el paciente confesó que, desde siempre, tuvo una forma particular de comer la panceta: “Lo hago poco cocido y no crujiente”, expresó. Por esta razón, los especialistas concluyeron que había contraído la infección en el cerebro a partir de una tenia intestinal.

“Sólo se puede especular, pero dada la predilección de nuestro paciente por la carne de cerdo poco cocinada y su historial de exposición benigna, somos partidarios de que su cisticercosis se transmitió por autoinfección tras un lavado de manos inadecuado, después de que él mismo hubiera contraído la teniasis por sus hábitos alimentarios”, explicó el informe.

Según los expertos, el hombre fue tratado con un medicamento parasitario y presentó mejoras significativas en cuestión de dos semanas.

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Condenan al hacker finlandés que chantajeó a más 33.000 pacientes de psicoterapia

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En un caso sin precedentes que ha sacudido a Finlandia, Julius Kivimäki, un ciberdelincuente de 26 años, fue condenado después de intentar chantajear a 33,000 personas con las notas confidenciales de sus terapias las cuales extrajo de los servidores de Vastaamo, la mayor empresa de psicoterapia de esta nación europea.

Kivimäki, que estuvo implicado en actividades relacionadas con hackers desde los 13 años, fue declarado culpable de múltiples delitos, incluyendo el chantaje masivo a pacientes, después de que estos se negaron a pagar rescates por la confidencialidad de sus historias personales.

Además, es importante resaltar que este juicio marca el mayor caso penal en la historia de Finlandia, dada la magnitud de víctimas afectadas y como resultado, dejó una condena de seis años y tres meses de prisión para el implicado.

Cómo se produjo el chantaje masivo

Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)Kivimäki cometía delitos cibernéticos desde su adolescencia. (Lehtikuva)

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares (400.000 euros). Tras la negativa de la empresa a pagar, envió correos electrónicos a miles de pacientes, pidiendo 214 dólares a cambio de no divulgar sus datos personales.

Un error cometido por el ciberdelincuente que le permitió a la policía descubrir un servidor que contenía valiosa información para llevar a cabo su condena. La cual también se logró gracias a un análisis forense digital sin precedentes y el seguimiento de criptomonedas.

El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares.  (Lehtikuva)El chantaje comenzó cuando Kivimäki exigió a Vastaamo un rescate de aproximadamente 427.000 dólares. (Lehtikuva)

El acusado declaró su inocencia a lo largo del proceso, a pesar de haber huido a París y ser capturado con una identidad falsa. En contraste, la persistencia de Kivimäki en su actividad delictiva, incluso después de una condena previa en su adolescencia, subraya el carácter inusual y desafiante de este caso.

“Lo que importa es que este delincuente, despiadado y absolutamente carente de empatía, sea condenado a prisión”, señaló una de las víctimas, Tiina Parikka, evidenciando el impacto humano fundamentalmente negativo detrás de los delitos cometidos por este joven.

Por qué condenaron a un trabajador de Vastaamo

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables. (Lehtikuva)

La investigación reveló que las bases de datos de Vastaamo eran vulnerables y estaban accesibles en Internet sin las medidas de protección adecuadas, lo que llevó a una condena también para el jefe de la compañía, Ville Tapio, por no asegurar la información confidencial de los clientes.

Tapio recibió una condena suspendida de tres meses de prisión el año pasado, mientras que la empresa se vio obligada a cerrar tras el escándalo.

Respecto a las víctimas de este chantaje masivo, estas sufrieron un gran impacto, con al menos un suicidio directamente vinculado al caso. “Muchas personas se vieron afectadas por esto de muchas maneras”, compartió Parikka, destacando la profundidad del sufrimiento causado.

Además de las secuelas psicológicas directas, este evento ha tenido un efecto dominó, afectando la percepción de la seguridad digital en el ámbito de la salud mental.

Qué sigue en el caso Vastaamo

Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)Kivimäki fue condenado a seis años y tres meses de prisión. (Lehtikuva)

El caso Vastaamo no termina con la condena de Kivimäk y es muy probable que ahora comiencen procesos en tribunales civiles en un intento de obtener una compensación para algunas de las víctimas del ataque, marcando el próximo capítulo en esta larga y dolorosa saga.

Aunque lo que sí concluye una ola de cibercrimen iniciada por Kivimäki desde su adolescencia, quien era conocido en los círculos en línea como Zeekill y era un miembro clave de múltiples bandas de ciberdelincuentes. De hecho, su historial de delitos se extendió desde 2009 hasta 2015, dejando un camino de caos y desorden.

Y pese a que recibió una condena juvenil a los 15 años, lo cierto es la que la falta de una pena privativa de la libertad fue vista por muchos expertos como una respuesta insuficiente para disuadir su conducta delictiva.

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