En las redes sociales, especialmente en TikTok, existen personas que se dedican a hacer “desafíos virales”, los cuales consisten en una invitación para hacer algo extremo o que puede resultar peligroso. Después de lograrlo, generalmente se comparte cómo fue dicha experiencia.

Esto es lo que intentó hacer Corey, un nene de 12 años de Arizona, Estados Unidos, cuando vio el challenge de “la bola de fuego humana”. Sin embargo, lejos de las expectativas que tenía, nada salió como en los cientos de videos que había visto sobre el tema.

Tiffany, la mamá del chico, contó cómo, en agosto del año pasado, se levantó a la madrugada con los gritos de su hijo: “Salté de la cama en pánico y corrí a su habitación. Estaba en llamas. La remera se había derretido completamente sobre su piel”, relató en declaraciones a The Sun.

En ese instante de terror, la mujer lo llevó corriendo a la cocina para tirarle agua fría sobre el cuerpo con una manguera. Asimismo, también lo asistió su hermana de 14 años, Lette, quien lo envolvió con toallas mojadas, mientras su madre llamaba a una ambulancia.

“No tenía idea de lo que había pasado hasta que llegaron los médicos y la Policía”, recordó. Pese a ello, mientras atendían a Corey, se enteró que el nene había usado una botella de alcohol para hacer un video viral y que, al encenderla, todo se salió de control. “Él estaba en shock extremo pero seguía diciendo: ‘Lo vi en un video’”, agregó Tiffany.

El chico fue trasladado de urgencia al Centro Médico Infantil Banner Diamond en Arizona y fue ingresado a la unidad de cuidados intensivos. Allí, fue puesto en coma inducido y le colocaron un respirador. Los médicos revelaron que había sufrido quemaduras de segundo y tercer grado del 50% de su cuerpo, incluida la cara, el cuello, las orejas, la espalda, los brazos y la pierna izquierda.

“Busqué el video en mi celular y vi cientos de ellos sobre nenes que habían intentado hacer acrobacias similares como parte de un desafío en TikTok, muchos de los cuales habían salido mal. Estaba fuera de mí”, comentó la madre con enojo.

Durante su recuperación, Corey se sometió a nueve operaciones y tuvo que pasar un mes en el hospital. Sin embargo, posteriormente, tuvo que realizar sesiones semanales de fisioterapia para mejorar su movilidad.

“Él ahora está muy bien y estoy agradecida de que esté vivo, pero por culpa de las redes sociales quedará marcado de por vida. Quiero que otros padres hablen con sus hijos sobre los peligros de desafíos como estos y que la gente denuncie cualquier cosa que consideren inapropiada”, concluyó.