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Politica

Caso Skanska; elevan a juicio un segundo tramo por coimas para la construcción de gaseoductos

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El fiscal federal Carlos Stornelli solicitó hoy elevar a juicio un segundo tramo de la causa en la que se investigan el pago de sobornos para la ampliación de gaseoductos, en lo que fue la primera denuncia por corrupción contra el kirchnerismo en 2005.

Las personas que para el fiscal deben ser juzgadas por fraude contra la administración pública y cohecho pasivo, es decir recepción de sobornos son Daniel Cameron, extitular de Energía, y Fulvio Madaro, extitular del Enargas. Solo por fraude, pidió juzgar a Alicia Isabel Federico, Roberto Prieto, Oscar Alberto Domínguez y Horacio Héctor Tosim y Néstor Díaz, por cohecho activo.

Esta es la parte residual del expediente que tiene en sus manos el juez federal Sebastián Casanello y que investigó con el impulso de Stornelli.

El resto del caso, con Julio De Vido y José López como principales acusados y otras 29 personas, está en pleno juicio oral y público en el tribunal oral federal N° 4. Los jueces son Guillermo Costabel, Jorge Gorini María Gabriela López Iñiguez. El fiscal del juicio es Abel Córdoba.

María Gabriela López Iñiguez, Jorge Gorini y Guillermo Costabel en el comienzo del juicio por el caso Skanka
María Gabriela López Iñiguez, Jorge Gorini y Guillermo Costabel en el comienzo del juicio por el caso SkankaEnrique García Medina

La secretaría de Energía y el Enargas intervinieron en los contratos. En los concursos se detectaron mayores costos por cerca de 20 millones de dólares entre el presupuesto inicial y lo finalmente aprobado. Se pasó de licitación pública a concurso privados de precios. Esa situación implicó acuerdos entre las empresas que terminaron en sobreprecios — consentidos por los funcionarios-por unos 185 millones de pesos al valor de entonces. Además las coimas a los funcionarios se calcularon en 14 millones de pesos.

La confesión de los sobornos

Una de las pruebas clave es una grabación en la que un ejecutivo de Skanska, Javier Azcárate, confiesa ante un auditor de la empresa los pagos de sobornos. Las grabación indica que desde Skanska se efectuaban pagos ilícitos con la finalidad de asegurar la adjudicación de las obras. Las contrataciones ya estaban “arregladas” y que en realidad no había competencia con otros oferentes. “El mercado este es así y el negocio este es así en la Argentina, ahora en más es así, por lo menos en esta etapa va a ser siempre así y somos prolijos y lo hacemos bien, o no laburamos”, señaló.

Asimismo, Azcárate reconoció la salida de dinero de Skanksa mediante pagos simulados con facturas falsas por servicios no realizados y que estaban destinado al pago de funcionarios del Enargas y Nación Fideicomisos. El ejecutivo explica así la adjudicación de las obra: “Fue un 5% de todos los contratos, divididos en un 3% a Enargas y un 2% a Nación Fideicomisos, más los costos de la operación”. Dijo “las líneas están arregladas, hay que poner el 7,5 % más los costos que te salen”, y agregó: “Y ya sabíamos de antes de hacer la propuesta que la íbamos a ganar y que son 100 millones de dólares”.

Carlos Stornelli
Carlos StornelliGerardo Viercovich – LA NACIÓN

La causa lleva décadas y es el primer caso de corrupción del kirchnerismo. Estuvo a punto de naufragar, a pesar de la prueba tan explícita, cuando pasó por el juzgado del fallecido juez Norberto Oyarbide, hasta que el impulso fiscal y la tarea del juzgado de Casanello permitieron elevar el caso a juicio y ahora completar la instrucción de lo que quedaba de este expediente.

La investigación se inició en 2005. En 2011, un peritaje de la Corte Suprema, descartó que haya habido “sobreprecios” y los acusados fueron sobreseídos. En 2016, luego de que fuera incluida la grabación clave, el caso fue reabierto. El 3 de noviembre de 2017, Casanello procesó por cohecho a directivos y exdirectivos de varias empresas, incluida Skanska, y por cohecho y administración fraudulenta a exfuncionarios públicos. Esa parte fue a juicio y ahora se confirmó el procesamiento del resto de los procesados.

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Politica

¿Un plan o un sueño?: Macri, Cristina y demás problemas de la oposición para dejar de ser comparsa

El Ejecutivo intenta capitalizar las diferencias en Unión por la Patria, la UCR y el PRO y rivalizar únicamente con el peronismo de cara a las legislativas del año que viene. Los movimientos de Cristina Kirchner y Mauricio Macri.

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Entre los principales recursos con los que cuenta Javier Milei, tanto en el terreno electoral como, más todavía, en la disputa por definir el rumbo que tome el país, se suele destacar el flaco papel que han venido haciendo, y tal vez sigan haciendo, los demás partidos.

¿Ello obedece a que estos no tienen ni tendrán nada nuevo para ofrecer al país, son solo rémoras de un pasado que acumuló demasiados fracasos, o a que sus viejos líderes, demasiado desgastados por esa acumulación de fracasos, deben hacerse cuanto antes a un lado para permitir su renovación?

El oficialismo se inclina por lo primero. Y el horizonte político que desea para el país así lo evidencia. Lo dejó bien en claro en una reciente entrevista Patricia Bullrich, exladera de Mauricio Macri y de momento puntal de la construcción política de Milei, tal vez solo superada en ese rol por su hermana Karina y por el ministro Francos. Bullrich lanzó allí un pronóstico sobre las próximas elecciones legislativas, que pretende ser más que eso, quiere ser un plan: “En 2025 va a haber dos propuestas, la del cambio y la retrógrada”, dijo. En pocas palabras, Bullrich y el Gobierno esperan que el año que viene compitan solamente sus listas y las del kirchnerismo, que no haya nada en el medio.

Este plan oficial, en concreto, les permitiría lograr dos objetivos. Primero, que el peronismo siga bajo la hegemonía del kirchnerismo, en lo posible de la propia Cristina, y no surja entonces de allí nada más innovador para atraer a los electores. Segundo, que todas las fuerzas políticas moderadas o de centro, desde el radicalismo y el peronismo disidente hasta el mismo PRO, sean absorbidas por LLA o se vuelvan irrelevantes, porque sus votos migren masivamente, como ya sucedió en la segunda vuelta del año pasado, hacia los candidatos que ofrezca el mileismo.

 El Gobierno espera que el año que viene compitan solamente sus listas y las del kirchnerismo, que no haya nada en el medio. (Foto: REUTERS/Matias Baglietto)
El Gobierno espera que el año que viene compitan solamente sus listas y las del kirchnerismo, que no haya nada en el medio. (Foto: REUTERS/Matias Baglietto)

Ahora bien, ¿es este un plan o solo un sueño? ¿Va a encontrar el partido oficial el impulso suficiente de la economía para moldear la competencia hacia esta escena soñada? Habrá que ver. De momento lo está intentando, y lo cierto es que recibe bastante ayuda, no tanto de la economía, al menos de momento, como de los demás actores políticos.

En las últimas semanas, han llamado la atención de los observadores los intentos bastante desesperados tanto de Cristina como de Macri por volver a la escena, recuperar protagonismo ante el Gobierno, y también frente a actores con ellos en competencia por destacar en sus respectivos espacios.

Cristina lo viene haciendo con una regular intervención semanal, en actos masivos que se parecen bastante a los que hacía mientras fue vicepresidenta, y se vio ya para lo que le pueden servir: de bastante poco o nada.

Macri, por su parte, está buscando hace meses la quinta pata al gato para darle impacto a su recontra anunciado regreso a la presidencia del PRO, sin mayor éxito. Tal vez por haberse resignado paulatinamente a no contar en esta operación con la compañía de otras figuras importantes de su partido, como la propia Bullrich, o Larreta, tampoco los gobernadores Rogelio Frigerio o Nacho Torres, o siquiera de su primo Jorge.

Mauricio Macri. (Foto: NA / Mariano Sánchez)
Mauricio Macri. (Foto: NA / Mariano Sánchez)

En ambos casos se trata de líderes que creen seguir siendo imprescindibles para mantener unidas y en pie a sus respectivas fuerzas. Pero que por eso mismo obstruyen la posibilidad de que estas se renueven, suelten el lastre acumulado por los errores y los fracasos acumulados en los últimos años, y ofrezcan liderazgos y propuestas tal vez un poco más competitivos frente a Milei y su gente.

En el caso de Cristina, es evidente, sus intervenciones no solo están dirigidas a aprovechar lo que cree es un momento crítico para la consolidación del proyecto del Presidente, y la oportunidad que piensa se le abrió al respecto con la marcha universitaria, sino a combatir la amenaza de una rebelión interna contra sus seguidores más fieles, los de La Cámpora. Y entre esas amenazas internas destaca la de Axel Kicillof. Quien, para irritación de la señora, se viene sacando fotos con todo el mundo, desde la cúpula de la CGT hasta los gobernadores de JxC Torres y Pullaro, algo que, claro, Cristina no puede hacer ni emular: hace años que solo se saca fotos con ella misma. Y por más que lo de Kicillof no vaya mucho más allá de la foto, supone una amenaza suficiente para ella: debe sentirse más sola que nunca, y saber que ya nada le garantiza que, en ese giro al centro del gobernador bonaerense, no se esconda, en lo que le toca, un nuevo abandono a su suerte en los tribunales, y para su gente, la marginación en las próximas listas de candidatos.

Cristina Kirchner. (Foto: AFP)
Cristina Kirchner. (Foto: AFP)

En cuanto a Macri, lo ha intentado todo para evitar su sucesión, y sigue tratando que algo le funcione. Decidido a pasar por alto un hecho cada vez más palmario: entre los dirigentes no kirchneristas es solo superado por Larreta Lousteau en su índice de rechazo en las encuestas. Retomar la presidencia partidaria no va a resolver ese problema, puede agravarlo, y perjudicar aún más a su partido. Tal vez la única forma de evitarlo sería, una vez que esté al frente, organizar las cosas para hacer bien lo que hizo mal en 2019 con Bullrich: prepararle el terreno a un sucesor, que debería ser ahora necesariamente uno de los gobernadores, y dar un definitivo paso al costado.

Pero la política argentina es muy curiosa, todos la sufren, pero nadie quiere abandonarla. Seguramente porque esperan que los ciclos de inestabilidad, las crisis recurrentes y los frecuentes ataques de amnesia que la caracterizan jueguen a su favor, y les ofrezcan una nueva oportunidad. Detrás de ese sueño han ido infinidad de “ex”, insistiendo hasta el final en ser todavía promesas. La enorme mayoría, sin éxito, para desgracia de sus seguidores y ventaja de sus adversarios. Milei debe estar muy agradecido.

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