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Los ángeles de Odesa: las desoladoras muertes de un bebé de cuatro meses y su mamá que conmocionaron a Ucrania

Hanna y Timofiy, de solo cuatro meses, fueron los protagonistas de una de las historias más tristes de la guerra. Ambos perdieron la vida en un ataque al edificio en el que vivían junto a Sergiy, esposo de Hanna y padre del bebé, y Liza, la hija mayor de la pareja.

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En la madrugada del 2 de marzo, la vida de Sergiy Gaidarzhi cambió para siempre. Un dron ruso impactó contra el edificio donde vivía con su mujer y sus dos hijos, en Odesa. El bebé de 4 meses y la mamá murieron. Quedaron enterrados bajo los escombros de seis pisos colapsados. Fueron encontrados varias horas después, juntos. Sergyi, que ese día se lastimó las manos buscando durante 17 horas entre los restos del edificio, intenta seguir adelante, por su hija de dos años y medio que, milagrosamente, sobrevivió junto con él.

Hace poco más de tres años, Sergiy y Hanna comenzaron a construir una familia. Él se ganaba la vida como fotógrafo y trabajando en una empresa de seguridad para autos y ella trabajaba en diseño y decoración. Poco después de empezar su vida juntos, llegó Liza, la hijita mayor, y dos años más tarde, Timofiy. En los primeros meses de este año, con dos años ya de invasión a gran escala en su país, Hanna y Sergyi intentaban seguir adelante, como tantos ucranianos, y alquilaban un departamento en una modesta zona residencial.

Sergiy Gaidarzhi mira una foto de su hijo, Timofiy, en su celular.(Foto: TN).
Sergiy Gaidarzhi mira una foto de su hijo, Timofiy, en su celular.(Foto: TN).

Odesa, la ciudad en la que vivían, es conocida como “perla del Mar Negro”, por su enorme valor cultural. Es además el principal puerto de Ucrania y, siendo un país exportador de materias primas, la importancia estratégica del lugar es clave para entender por qué, desde el principio de la invasión rusa, ha sido blanco de constantes ataques.

Allí, a las 1.17 de la madrugada del 2 de marzo, un dron impactó haciendo que se desplomaran casi todos los pisos del edificio donde vivían Sergiy y su familia. Cuando él salió desesperado del cuarto en el que dormía junto a su hija, Liza, abrió la puerta del cuarto de al lado, en el que dormían su esposa y su bebé. Al abrir la puerta, se encontró con que el cuarto ya no estaba.

Así quedó el edificio en el que vivía Sergiy Gaidarzhi con su familia. (Foto: TN).
Así quedó el edificio en el que vivía Sergiy Gaidarzhi con su familia. (Foto: TN).

El joven padre de 32 años recibió a TN para contar su historia. Se muestra tímido pero dispuesto a hablar. Aunque es un hombre de pocas palabras, cada una de sus frases tiene la contundencia de una sentencia. “Escuché el sonido de un dron que se acercaba. Cada vez era más intenso. Luego, una explosión. Me levanté rápidamente, reaccioné muy rápido. Tomé a mi hija y salimos. La puerta del cuarto donde dormían Hanna y Timofiy estaba cerrada. Cuando la abrí, vi directamente la calle. Entonces, comprendí que no había esperanza de que hubieran sobrevivido”, recuerda. “Me preguntan cómo lo sobrellevo… Pero yo no lo sobrellevo. Solo llega un momento de aceptación”.

Sergiy Gaidarzhi sobrevivió al ataque ruso junto a su hija de dos años y medio. (Foto: TN).
Sergiy Gaidarzhi sobrevivió al ataque ruso junto a su hija de dos años y medio. (Foto: TN).

En esa noche del 2 de marzo, junto con la mujer y el hijito de Sergyi, murieron 10 personas, 5 de ellas niños. Todos son recordados en un santuario a la entrada del complejo residencial. En la mesa que dispusieron allí, se exhiben fotografías y ositos de peluche. Todas pertenencias y memorias de quienes ya no están. Los artistas del lugar hicieron homenajes en murales y pinturas para quienes son hoy los ángeles de Odesa, una ciudad que, como tantas otras en Ucrania, conoce bien el lado más cruel de la guerra. En una de estas obras, se ve la imagen de un bebé de cuyo cuerpo se desprenden ladrillos y escombros. En otro, la postal de Hanna besando a Timofiy. El amor, el horror y el dolor conviven, como en cada rincón del castigado país.

Una obra de arte homenajea a Timofy en Odesa. (Foto: TN).
Una obra de arte homenajea a Timofy en Odesa. (Foto: TN).

El departamento donde vivía Sergiy con su familia es ahora inhabitable. Busca contactar a una vecina para hacernos pasar. Mientras lo seguimos en silencio, él repasa en cada cuarto lo que vivió en la noche del horror. Se dirige primero a la foto del pasillo principal del pequeño departamento. Es un gran afiche que alguien puso para rendir homenaje a su esposa e hijo. En la imagen, Hanna está besando en la mejilla a Timofiy.

Luego, nos muestra la cocina y cuenta que el día del ataque nadie podía siquiera distinguirla entre los escombros. Finalmente, nos lleva a los cuartos. “Justo antes del ataque decidí mover la cama. Quizás por eso no nos pasó nada”, remarca.

Así quedó la casa de Sergiy Gaidarzhi tras el ataque de drone. (Foto: TN).
Así quedó la casa de Sergiy Gaidarzhi tras el ataque de drone. (Foto: TN).

En el lugar donde antes se veía la puerta blanca, hay un par de maderas que alguien puso para tapiarla desde el interior. “Nosotros vivimos muchos momentos hermosos. Como personas de fe, creo que nos volveremos a reunir en los cielos”, asegura Sergiy. Al hablar de su hija, por quien hoy sigue adelante, dice: “Ella es muy pequeña. Tiene dos años y medio. No comprende lo que sucede. Una vez, mientras paseábamos, le señalé el cielo y le dije que mamá se fue al Cielo con Jesús. Voló. Gracias a Dios, ella no comprendió lo que sucedió. Yo la retiré enseguida… Es difícil cuando pregunta: ‘¿dónde está mamita?’. Pero enseguida ella misma dice ‘está en el Cielo’”.

Sergiy Gaidarzhi con suj esposa Hanna, su hija Liza y su hijo Timofy. (Foto: gentileza Sergiy Gaidarzhi).
Sergiy Gaidarzhi con suj esposa Hanna, su hija Liza y su hijo Timofy. (Foto: gentileza Sergiy Gaidarzhi).

Antes de dejar el lugar, el joven padre encuentra uno de los últimos rastros de su mujer en un rincón de la casa vacía. Toma ese frasquito, que es una muestra de perfume, y nos acompaña a la puerta. Una vez en la entrada del edificio, lo abre, lo huele y vuelve a guardarlo en su bolsillo. “Ella usaba Chanel, pero tenía varias de estas muestras”, dice. Aunque sabe que nada la hará regresar, ese quizás sea su último intento por rescatar algo de la vida que la noche del 2 de marzo le arrebató. La lucha tierna de un hombre solo contra todo lo irreparable.

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Corea del Sur volvió a advertir que podría entregar armas a Ucrania si Rusia suministra munición al régimen de Kim Jong-un

El asesor de seguridad nacional de Seúl pidió a Vladimir Putin no avanzar en la cooperación militar con Pyongyang, tras la firma del acuerdo estratégico de defensa con el dictador norcoreano. “Todo depende de lo que haga Moscú”, dijo

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Corea del Sur volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de entregar armas a Ucrania si Corea del Norte y Rusia ejecutan un nuevo acuerdo de defensa y aseguró que el límite para decidir está en la posible entrega de munición rusa de precisión a las fuerzas de Pyongyang.

“Ahora mismo todo depende de lo que haga Rusia”, dijo el asesor de Seguridad Nacional surcoreano Chang Ho Jin a la cadena surcoreana KBS. “¿Qué línea nos quedaría por cruzar si Moscú entrega armas de precisión a Corea del Norte?”.

El asesor de seguridad reiteró así lo planteado por algunas voces de la cúpula de seguridad surcoreana tras la firma del acuerdo estratégico de defensa que sellaron esta semana el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante la visita del primero a Pyongyang. Seúl, que es un importante exportador de armas, ya había dicho en la semana que “reconsideraría” la política de larga data que le prohíbe suministrar armas directamente a Ucrania. Putin advirtió a Corea del Sur de que esto sería un “gran error”.

Putin y Kim Jong-un intercambian documentos durante la ceremonia de firma del tratado de defensa mutua en Pyongyang. (Kristina Kormilitsyna, Sputnik, Kremlin Pool Foto via AP)Putin y Kim Jong-un intercambian documentos durante la ceremonia de firma del tratado de defensa mutua en Pyongyang. (Kristina Kormilitsyna, Sputnik, Kremlin Pool Foto via AP)

El presidente ruso también dijo que Moscú no descartaba la cooperación militar y técnica con el Norte, o incluso el envío de armas, todo lo cual violaría las sanciones de la ONU contra Pyongyang.

El asesor de seguridad pidió a Putin que reconsidere su postura. “Si es verdad que quiere restaurar y progresar en las relaciones con nosotros”, agregó Chang, “me gustaría que la parte rusa se lo pensara con mucha calma”.

Protestas de Seúl

La firma del pacto entre Putin y Kim, que prevé asistencia mutua en caso de agresión, encendió las alarmas en Seúl, que el viernes protestó convocando al embajador ruso Georgy Zinoviev e instó a Rusia a poner fin “de inmediato” a la cooperación militar con Corea del Norte y a cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

El embajador ruso en Corea del Sur Georgy Zinoviev (Yonhap/Reuters)El embajador ruso en Corea del Sur Georgy Zinoviev (Yonhap/Reuters)

También instó a Rusia a estar a la altura de sus responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores. “Violar las resoluciones del Consejo de Seguridad y apoyar a Corea del Norte perjudicará nuestra seguridad e inevitablemente tendrá un impacto negativo en las relaciones entre Corea y Rusia”, declaró el primer viceministro Kim Hong-kyun, según el comunicado.

Corea del Norte está sometida a sanciones de la ONU desde 2006 por su programa nuclear prohibido. Las medidas fueron apoyadas inicialmente por Rusia, pero Putin dijo en Pyongyang que las sanciones debían revisarse ahora.

Moscú y Pyongyang han sido aliados desde la fundación de Corea del Norte tras la Segunda Guerra Mundial y se han acercado aún más desde que la invasión rusa de Ucrania en 2022 aisló a Putin en la escena mundial.

Tensiones crecientes

La riña entre Seúl y Moscú se da en medio de crecientes tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur durante los últimos meses. Pyongyang y Seúl siguen técnicamente en guerra, ya que la Guerra de Corea (1950-1953) terminó con un armisticio, sin acuerdo definitivo desde entonces.

En este contexto, un portaaviones estadounidense llegó el sábado a Corea del Sur para participar en unas maniobras militares conjuntas destinadas a contrarrestar mejor las amenazas norcoreanas. Pyongyang suele calificar estas maniobras de “provocación”.

El portaaviones de propulsión nuclear Theodore Roosevelt anclado en Busan, Corea del Sur, este sábado (Song Kyung-Seok/REUTERS)El portaaviones de propulsión nuclear Theodore Roosevelt anclado en Busan, Corea del Sur, este sábado (Song Kyung-Seok/REUTERS)

El portaaviones llegó un día después de que Seúl dijera que había efectuado disparos de advertencia cuando soldados norcoreanos cruzaron brevemente la frontera, fuertemente fortificada, en la tercera incursión de este tipo este mes.

Según el ejército surcoreano, los soldados norcoreanos han llevado a cabo recientemente actividades como la colocación de más minas terrestres, el refuerzo de carreteras tácticas y la adición de lo que parecían ser barreras antitanque cerca de la frontera.

Las dos Coreas también se han enzarzado en una “guerra de globos”, en la que un activista del Sur confirmó el viernes que había hecho flotar más globos con propaganda hacia el Norte.

Pyongyang ya ha enviado más de mil globos con basura al Sur, y Kim Yo-jong, la poderosa hermana de Kim, advirtió el viernes de que es probable que el Norte tome represalias.

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